Cuantas veces no hemos oido mencionar el término historia y lo primero que se nos viene a la cabeza es una materia de la escuela excesivamente aburrida y llena de cuestionarios; tal vez contarlas resultaría demasiado tedioso porque, eso para nosotros, ya es "historia".
Lamentablemente en la educación escolar cuando se intenta hablar de la historia parece que se esta hablando de la estadística (no me malinterpreten, no tengo nada contra ella), tan sólo nos proporcionan un listado de fechas, nombres, países, tal como si fueramos a hacer una gráfica, para finalmente presentar un examen donde "literalmente" vas a vomitar lo que pudiste memorizar. Si eres de los menos afortunados, también esta la segunda tediosa opción de miles de cuestionarios y resúmenes con los cuales eres capaz de llenar un cuaderno de 100 hojas, para después de repetir el mismo proceso anteriormente expuesto en el examen, con la esperanza de ver felizmente como se puede tirar el cuaderno a la basura o usarse para prender una fogata sin remordimiento alguno (claro no sin antes admirar, si es que se da el caso, la excelente combinación de tintas, los miles de recados compartidos con tus compañeros o expresiones artísticas equiparables con las de Pablo Picasso).
Muy a mi pesar y de manera algo resignada me doy cuenta en estos días que esa técnica para enseñar la historia aún no ha cambiado, conmigo nunca funcionaron, los maestros pareciese que insisten en crear personas con un alto desprecio por tan noble ciencia e inclusive los mismos padres o contemporáneos que cada vez que hablan de la historia con los niños no pueden evitar ver como se desenvuelve ante ellos un trauma de la infancia; y aunque existen maestros que dan todo por la camiseta, a lo más que aspiran es a que sus alumnos pasen con buenas notas, todo por la campaña de desprestigio que ha tenido que soportar por bastante tiempo la historia, ya nadie le tiene fe a tan noble ciencia. Personalmente creo, que sin importar lo que digan los detractores, la historia es una de las ciencias sociales más divertidas que hay.
Primero que nada, como cuando se tumba un edificio hay que tirar por la ventana todas las preconcepciones y acepciones actuales que tengas de la historia, olvida esos resúmenes, los cuestionarios, los listados de fechas y nombres; así como todas las prácticas de periquito australiano que te hayan inculcado en la escuela. Ahora, respira profundamente tres veces, relaja los hombros, sacia tu sed si es que existe y preparate para volverte amante de la historia.
Abre tu mente e imagina tierras lejanas, lugares que tus ojos nunca han visto, costumbres exóticas que jamás habías imaginado, historias heróicas de conquista y de reforma, revoluciones industriales, descubrimientos e inventos que cambiaron el rumbo de la humanidad, manifestaciones artísticas que han conmovido a miles de generaciones en el mundo, acontecimientos que nos enseñan lo mejor y lo peor que como seres humanos podemos producir, ¿lo lográs imaginar?
La historia no tan sólo es la ciencia que estudia los hechos pasados, sino que además es una ciencia que impulsa la imaginación y cuenta las grandes proesas que realizamos, igualmente nos invita a continuar recordando todo lo que hemos hecho mal para intentar evitar caer en los mismos errores. Es una ciencia que impulsa al que la estudia a imaginar, a reconstruir y a crear imágenes que desconoce en su mente.
Bueno, qué dicen, ¿aún les parece aburrida? Decidí crear esta entrada en defensa de una de mis ciencias sociales favoritas y limpiar el nombre que años de apatía por la misma han ensuciado. Si desean saber más consulten un libro, lean en el internet, vean documentales, escuchen historias, los nuevos medios de almacenamiento de la información dan muchas alternativas, la historia es divertida cuando eres tú el que se acerca a conocerla, así que anímate y conócela.
Recuerda que la mediocridad, más que un insulto, es tener los medios para acceder a algo y no aprovecharlos, así que adelante, estudien a su historia, amenla y aprendan de ella, porque los pueblos que olvidan su historia estan condenados a repetirla.
Melina.
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